Published Apr 18, 2018 by Danny Gomez.

Paco de Lucia, entre dos aguas.

Ahora nos parece muy habitual la fusión, pero hubo un tiempo en que las barreras entre los géneros eran muy claras, y muy firmes. Si hubo alguien que se saltó las fronteras y fusionó el flamenco, con la guitarra en la mano, fue Paco de Lucía.

Nacido en Algeciras (Cádiz) en 1947, Francisco Gustavo Sánchez Gómez, más conocido por su nombre artístico Paco de Lucía, fue el menor de los cinco hijos de Lucía Gomes Gonçalves «La Portuguesa» y Antonio Sánchez Pecino, tocador aficionado de guitarra y que trabajaba en tablaos y fiestas de la localidad con el nombre de «Antonio de Algeciras», al tiempo que se dedicaba a la venta de fruta en la plaza de abastos de la localidad y a la venta ambulante de telas. Paco de Lucía, 1982 .

En un ambiente familiar muy cercano al mundo flamenco, a partir de los seis años comenzó a recibir clases de guitarra de la mano de su padre y de su hermano Ramón. Por deseo de su padre se dedicó a aprender los fundamentos de la guitarra flamenca, manteniéndose alejado de virtuosismos y centrándose en los estándares del toque y en el acompañamiento al cante, tanto de su hermano Pepe como de su hermana María.

Pronto tomó contacto con algunas de las principales figuras del mundo flamenco y algunas de sus principales influencias, como Niño Ricardo (1904-1972), considerado como una de las figuras más destacadas de la guitarra flamenca y el precursor más directo de Paco, y Sabicas (1912-1990), a quien se considera como el máximo influyente en el desarrollo y perfeccionamiento de la guitarra flamenca como instrumento de concierto (antes, la guitarra era un instrumento de acompañamiento al cantaor).

Tras darse a conocer al mundo flamenco español en el Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera de 1962, grabó sus primeros discos junto a su hermano Pepe formando parte del conjunto Los Chiquitos de Algeciras. En los años siguientes colaboró al toque con los cantaores Fosforito y El Lebrijano y desde 1969 con Camarón de la Isla.

A partir de la publicación de Fuente y caudal en 1973, su música llegó al público mayoritario. Con el paso de los años su música fue progresivamente abriéndose a nuevos estilos al tiempo que comenzaba a interpretarse en ámbitos más alejados de los tradicionales tablaos españoles y latinoamericanos. Actuó con éxito en Europa, Norteamérica y Japón, ocupando estas giras la mayor parte de su tiempo.

Considerado una de las principales figuras del flamenco, se le atribuye la responsabilidad de la reforma que llevó este arte a la escena musical internacional gracias a la inclusión de nuevos ritmos desde el jazz, la bossa nova y la música clásica. De este modo destacan sus colaboraciones con artistas internacionales como Carlos Santana, Al Di Meola o John McLaughlin, pero también con otras figuras del flamenco como Camarón de la Isla o Tomatito, con quienes modernizó el concepto de flamenco clásico.

Cambió la forma de tocar, actualizándola, y armonizó el flamenco: hasta entonces sólo se tocaban melodías, la guitarra tenía poca armonía. Las técnicas conocidas hasta ese momento eran así, pero Paco de Lucía introdujo nuevos acordes inspirándose en otros estilos, como por ejemplo el jazz, revolucionando este arte.

Paco de Lucía cambió incluso la forma de sentarse: antes no se cruzaban las piernas, pero a él, por su gran virtuosismo con ambas manos, le resultaba más cómodo sentarse de ese modo. Después, todos empezaron a hacerlo así.

Es importante además su esfuerzo por dar a conocer el flamenco al público de fuera de España y el haberse atrevido a «darle otro aire» mezclándolo con otros estilos de estructuras melódicas y rítmicas diferentes. Paco de Lucía abrió el camino para este tipo de experimentaciones y fusiones del flamenco con diversas músicas, e introdujo nuevos acordes inspirándose en otros estilos, como el jazz.

Otro de sus aportes fundamentales al flamenco contemporáneo fue la inclusión de nuevos instrumentos, como la flauta, el bajo o, el más importante, el cajón. Este instrumento de la música afroperuana es conocido por Paco de Lucía en Perú a fines de los años setenta, de manos de Carlos Caitro Soto de la Colina, cajonero y compositor peruano: «Este es el instrumento que necesitaba el flamenco. Hasta entonces, usábamos los bongós y las congas, pero aquello era más caribeño, no sonaba a flamenco. Advertí que el cajón tenía el sonido grave de la planta del pie de un bailaor y también el agudo de su tacón”.

Espléndido intérprete, de virtuoso y su personalísimo estilo, que se puede definir como vigoroso y rítmico, que se manifiesta en numerosas obras del artista, entre ellas, Entre dos aguas (rumba), La Barrosa (alegrías), Barrio la Viña, Homenaje al Niño Ricardo (soleá), Almoraima (bulerías), Guajiras de Lucía y Río Ancho (rumba).

A lo largo de su carrera grabó un total de 38 discos, incluyendo cinco antologías y cinco discos en directo, además de numerosas colaboraciones al toque de cantaores e intérpretes de numerosos estilos musicales, ayudando a popularizarlo e internacionalizarlo. Recibió, entre otros muchos galardones, dos premios Grammy latinos por sus álbumes «Cositas buenas» (2004) y «En vivo – Conciertos España» (2010), Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz (2009) y por el Berklee College of Music (2010).

Expandió el flamenco, llevándolo a la gente que no lo conocía o no lo entendía, gracias a su manera nueva y fresca de tocar. Su influencia atravesó las fronteras del país: en el extranjero era un genio de la guitarra, y aunque dentro del país fuese menos valorado, eso no le impidió cosechar importantes premios a lo largo de toda su carrera.

Paco de Lucía falleció a consecuencia de un infarto cardíaco el martes 25 de febrero de 2014 en la ciudad mexicana de Playa del Carmen en el área de urgencias del Hospital Hospiten, al que llegó con un fuerte dolor de tórax.

Era un artista completo. Lo tenía todo: alma, corazón y técnica. No cantaba pero conseguía hablar a través de la guitarra. Hacía que la guitarra cantase sin voz. Y por suerte para los amantes del flamenco, ha dejado un extenso e importante legado del que aún podemos aprender e inspirarnos.

El mundo del flamenco era un mundo cerrado, pero él no quiso cerrarse: se arriesgó, fusionó y experimentó, manteniendo siempre la raíz flamenca. Incorporaba todas las nuevas influencias de las que iba bebiendo, pero la identidad del flamenco siempre estaba presente en él. Su influencia es enorme en músicos y bailaores flamencos posteriores, cambiando su forma de crear, de bailar y de ver el flamenco.